A sus 80 años, Edelmira Franco es la matriarca de cuatro generaciones de estadounidenses, entre hijos, nietos, bisnietos y otros descendientes.
A pesar de su contribución a este país, hasta ayer la originaria de Ojinaga, Chihuahua –quien llegó a Estados Unidos en 1957, tras ser ‘robada’ por su marido en México–, carecía de la ciudadanía de la cual gozan sus familiares.
Todo cambió cuando juró lealtad por primera vez a la bandera de las barras y las estrellas –junto con otros 633 inmigrantes– en una ceremonia de naturalización en el Coliseo del Condado de El Paso.
“Me siento machín, a todo dar”, dijo la octogenaria. “El tiempo para mí no cuenta, ya cuando está una en esta edad, es mejor seguir para adelante que para atrás”, afirmó con convicción.
A su alrededor, cientos de personas originarias de 33 países agitaban banderitas estadounidenses, sonreían o lloraban al llegar a la culminación de un largo trayecto para convertirse en ciudadanos estadounidenses.
“Tenemos personas de Venezuela, Nicaragua, Turquía, pero el 80 por ciento de ellos son inmigrantes de México”, expresó Alberto Rivera Jacques, oficial de la Oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS).
La ceremonia del martes, fue presidida por el juez de la Corte federal del Suroeste de Texas, David Guaderrama, quien además de validar el proceso de naturalización de cada uno de los asistentes, compartió unas palabras después de mencionar el nombre de la persona más longeva en convertirse en ciudadana estadounidense.
“Tal como dijo José Alfredo Jiménez: No hay que llegar primero, hay que saber llegar”, manifestó en español provocando gran emoción de los connacionales mexicanos.
Para Bertha Reyes, convertirse en ciudadana estadounidense a los 87 años es parte de un sueño que pensó que jamás iba a poder convertir en realidad.
En silla de ruedas, con un collarín en el cuello y acompañada por su hija, la señora Bertha hizo posible recitar el juramento de lealtad a los Estados Unidos.
“Nunca es tarde para cumplir las metas, dicen que mientras haya vida hay esperanza”, expresó Bertha, quien además sostuvo el reconocimiento por ser la persona más longeva en convertirse en ciudadana en la ceremonia del martes.
Ceremonia masiva
Por primera vez, la ceremonia se realizó en el Coliseo del Condado de El Paso, con motivo de la celebración del 75 aniversario del edificio, que en 1942 abrió sus puertas y se ha mantenido como uno de los lugares de entretenimiento más populares y antiguos de la región.
La naturalización es el proceso por el cual la ciudadanía estadounidense se confiere a extranjeros después de cumplir con los requisitos establecidos por el Gobierno.
Después de la naturalización, los ciudadanos nacidos en el extranjero disfrutan de casi todos los mismos beneficios, derechos y responsabilidades que la Constitución otorga a los ciudadanos estadounidenses nacidos en territorio nacional, incluido el derecho al voto.
Durante el año fiscal 2016, poco más de 728 mil personas se naturalizaron en todo el país, de las cuales, 4 mil 520 personas lo realizaron a través de la oficina de USCIS de El Paso, de acuerdo con el oficial Rivera Jaques.