El gobierno saliente de México se opone al pedido de la Casa Blanca de que las personas que soliciten refugio en la frontera lo hagan en su territorio en vez de en Estados Unidos, según una fuente y un documento oficial, en un revés para la cooperación bilateral antes de que asuma un nuevo presidente mexicano.
Funcionarios estadounidenses creen que un pacto conocido como «Acuerdo de Tercer País Seguro» podría disuadir a miles de centroamericanos que buscan asilo cada año, saturando los tribunales migratorios y provocando dolores de cabeza al presidente Donald Trump y su promesa de reducir la inmigración.
Pese a la creciente presión de Estados Unidos para que acepte el tratado, México ve la propuesta como una línea roja que no cruzará, de acuerdo con una nota oficial preparada para la reunión del canciller, Luis Videgaray, con la secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Kirstjen Nielsen, que se llevó a cabo el martes en Guatemala.
«(México) no estaría en posibilidad de atender casos de refugio para un tercer país, como ha sido el planteamiento de Estados Unidos en anteriores ocasiones», dice la carta que Reuters pudo ver.
«México ha realizado un esfuerzo significativo para proveer de mayor información sobre refugio a los centroamericanos que son asegurados en la Frontera Sur, y recientemente adoptó medidas que permiten a los solicitantes de refugio laborar en tanto se resuelve su caso», añadió.
La propuesta de un «tercer país seguro» obligaría a los solicitantes de asilo que lleguen a la frontera terrestre de Estados Unidos a través de México a solicitar el estatus de refugiados al sur de la frontera compartida.
Muchos de los aproximadamente 2,000 niños extranjeros separados de sus padres recientemente bajo la política de tolerancia cero de Trump contra la inmigración ilegal fueron separados de padres que buscan asilo en los Estados Unidos.
Viene López Obrador Desde que Videgaray asumió la Secretaría de Relaciones Exteriores a principios de 2017, México se mostró cada vez más dispuesto a cooperar con Estados Unidos en algunos asuntos, que autoridades estadounidenses y mexicanas dicen que es parte de una estrategia para ganarse el favor de Washington con la esperanza de obtener una renegociación beneficiosa del TLCAN.
Estados Unidos espera consolidar una mejor cooperación en materia de inmigración y seguridad antes de que el izquierdista Andrés Manuel López Obrador preste juramento como presidente el 1 de diciembre, según funcionarios de ambos países.
López Obrador ha dicho que quiere tener buenas relaciones con Estados Unidos, pero su postura defensora de los derechos de los migrantes hace menos probable la posibilidad de que acepte un pacto de refugio, dijo un alto funcionario mexicano.
El funcionario, que solicitó el anonimato, dijo que no estaba claro si la secretaria Nielsen había propuesto el acuerdo en una reunión con Videgaray, ni cual fue la respuesta del ministro mexicano.
No obstante, el funcionario dijo que no había indicios de un cambio en la política de México después de la reunión.
«Estamos interesados en lidiar con el hecho de que tanto México como Estados Unidos están enfrentando un fuerte aumento en las solicitudes de refugio y abordando las causas de la migración a través del desarrollo», dijo en un comunicado el embajador de México en Estados Unidos, Gerónimo Gutiérrez.
«Constantemente entablamos un diálogo con nuestros homólogos estadounidenses sobre estos asuntos para identificar y desarrollar áreas de cooperación», agregó el diplomático.
Tanto Videgaray como López Obrador se reunirán con el Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, cuando visite México el viernes junto con Nielsen.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México se negó a decir si la propuesta de asilo estaría en el orden del día de esas reuniones. Un portavoz del equipo de política exterior de López Obrador no respondió a una solicitud de comentarios.
Se espera que López Obrador sugiera en la reunión que los Estados Unidos ayuden a reducir la migración al crear mejores niveles de vida en México y América Central.