Datos del Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) posicionan a Chihuahua en el lugar 13 a nivel mundial en producción de algodón y primero a nivel nacional con más de un millón de toneladas anuales, que se cultivan en los estados de Chihuahua, Baja California, Coahuila, Tamaulipas, Sonora, Durango y Sinaloa.
En datos precisos, hace tres años en Chihuahua se cultivaron 96 mil hectáreas de algodón, y en 2018 esa cifra subió a 170 mil hectáreas (77 por ciento más). En términos de producción implicó un salto de aproximadamente 700 mil pacas a más de un millón 200 mil pacas.
Son 15 los municipios que concentran la mayor producción del oro blanco y van desde Ascensión, Janos, Casas Grandes, Buenaventura, Villa Ahumada, Valle de Juárez, Ojinaga, Aldama, Manuel Benavides, Coyame, Meoqui, Delicias, Jiménez y Camargo.
El gerente general de Unión Algodonera Moctezuma, Diego Torres, comentó en entrevista para el medio digital Inforural, que el boom del algodón obedece al precio y la productividad.
«Ambos se han combinado para que el algodón esté desplazando al maíz amarillo, el principal cultivo en la zona. Los precios del algodón se pagan en dólares y se ubican en su nivel más alto desde 2011», comentó Torres.
Torres agregó que las condiciones del suelo en el centro de Chihuahua dan esa calidad al algodón, una calidad tan alta que se vende a clientes que elaboran telas para reconocidas marcas internacionales como (Giorgio)Armani, Nike y Adidas.
“Son clientes con estándares de calidad muy altos. Ellos elaboran sus telas (con algodón mexicano) y las mandan a Asia para que hagan sus prendas”, refirió.
En el país se producen 1.4 millones de pacas de algodón, la mayor parte se queda en México para satisfacer la demanda de 2.4 millones de pacas.
Francisco Stopani gerente de cuentas clave Sur de Chihuahua de Bayer México, comentó para El Heraldo de México, que la productividad ha crecido por la tecnología que llevan las semillas genéticamente modificadas, haciendo el producto más resistente a plagas como el gusano rosado, que prácticamente acabó con el cultivo a finales de los años 90.
Destacó que estas semillas no sólo hacen más resistentes a las plantas, sino que además disminuyen los costos en insecticidas de 12 aplicaciones a una ración. Hoy los productores de algodón utilizan semillas genéticamente modificadas, y es el único cultivo modificado que se puede comercializar en México.