Serían entre 50 y 100 personas las que devuelve el gobierno norteamericano
Linda Flores, quien encabeza los trabajos en la casa del migrante San Agustín, explicó que en base a datos que les proporcionan por parte del Instituto Nacional de Migración, por la frontera de Ojinaga son devueltos a este país de manera diaria entre 50 y 100 migrantes de otros países que buscan pasar a los Estados Unidos.
Explicó que últimamente la población migrante que atraviesa por esta ciudad, llega a dicha casa del migrante, ubicada en la colonia Dos de Octubre, con fin de pasar solo unas cuantas horas y recibir alimento, por lo que ya no se quedan a pedir apoyo en la ciudadanía o a “charolear”, como le llaman ellos coloquialmente.
“Los migrantes cruzan la frontera y los regresan el mismo día, ya no les están dando un documento, ya no les están dando nada, entonces de Ojinaga están regresando casi 50, entre 50 y 100 personas diarias”, comentó Linda Flores.
Ante esto, comentó que el flujo de migración ha variado en los últimos años de Ciudad Juárez a Ojinaga, convergiendo la mayoría de la población migrante en esta frontera, para buscar cruzar a los Estados Unidos.
“Si hay un aumento en las personas en tránsito, también hay más miedo, los migrantes llegan, reciben cosas y se van, no es que se estén quedando como en otros momentos a pedir que les echen una mano, más bien se esconden”, comentó.
Linda Flores expresó que muchos de los migrantes al pasar por la ciudad, ya le hicieron el pago correspondiente a los coyotes, lo que significa que si no logran su objetivo de cruzar a los Estados Unidos, lo van a volver a intentar, ya que pagan entre tres y cinco veces a estas personas para intentar pasar.
El cobro de las personas para pasar a los migrantes el muro fronterizo, varía entre los tres mil y cinco mil dólares por intento. Para el retorno de los migrantes al momento de ser deportados e intentar volver a pasar, es Ciudad Juárez.
Ojinaga se volvió cruce importante de migrantes en los últimos cinco años, de acuerdo a lo que le comentan a Linda Flores algunos de los migrantes y personal del Instituto Nacional de Migración.