Mauro Lainez y Richard Sánchez le dieron a su afición el gusto de un triunfo después de tres juegos en espera, mientras Pumas está atorado en el fondo de la tabla. Las gradas del estadio Azteca se tiñeron de violencia por bronca entre las porras al final del juego.
El Clásico capitalino 2021 huele a pólvora y cigarro en las gradas, combinado con el color del inagotable grito de las porras y con un periodo de intensa lluvia después del segundo tiempo, que permaneció hasta el último pitazo del partido.
El estadio Azteca volvió a albergar un América-Pumas con un aforo al 75%, lo máximo permitido en el inmueble y en la Ciudad de México en un evento deportivo. Se notó el regreso también de las barras al estadio, que al final generaron episodios de violencia; volvieron los cantos con palabras homofóbicas, un aficionado que invadió la cancha y los revendedores gritones desde la calzada de Tlalpan.
Al América le tomó media hora poner las reglas en casa para mantener su invicto de 15 juegos en lo que va del año en juegos de Liga MX en el Azteca. Y lo hizo Richard Sánchez, quien aprovechó un error en el despeje del lateral izquierdo, Jerónimo Rodríguez. El paraguayo robó el balón e hizo que el veterano arquero de los Pumas, Alfredo Talavera, viera pasar el balón sobre su cabeza y así el 1-0. El segundo gol lo marcó Mauro Lainez en tiempo de compensación, que se alargó casi 10 minutos.
América celebró también otro gol de Henry Martin al 80’, pero solo por unos minutos, cuando el VAR revisó la jugada y determinó que debía ser anulado por fuera de lugar.
Antes de este partido, no habían sido los últimos tres mejores dirigidos por Santiago Solari, que no había podido sacar un triunfo, con una experiencia insípida de 0-0 en el Clásico Nacional bajo el mismo techo. Pero no se le fue de las manos el invicto en el Azteca, el América bajó del liderato al Atlas con 25 puntos vigentes dos semanas por fecha FIFA.
Y Pumas, aunque tuvo destellos de gol como el del brasileño Higor Meritao, luchó más con Talavera atajando a Roger Martínez, Álvaro Fidalgo y Sebastián Córdova. Los auriazules se estancaron en la parte baja de la clasificación con 8 puntos, y un futbol tan poco efectivo que no le da muchas esperanzas a su maltratada afición de soñar con el repechaje.