Aduanas y Protección Fronteriza señaló que el número de llegadas de inmigrantes a lo largo de la frontera sur de EEUU se disparó a los niveles más altos desde 2000, superando los 200,000 por tercera vez durante el gobierno de Biden.
El número de inmigrantes indocumentados que ha cruzado la frontera sur de EEUU se disparó durante el pasado mes de marzo alcanzando niveles récord que no se veían desde el año 2000, según cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).
De acuerdo con los datos, el mes pasado procesó a 221,303 inmigrantes, lo que superó el pico anterior bajo la administración Biden en julio de 2021, cuando los funcionarios estadounidenses registraron 213,593 encuentros con migrantes.
Estos números podrían ser el preámbulo de lo que podría significar el fin de las restricciones en la frontera debido a la pandemia de coronavirus.
Casi 210,000 de los encuentros con migrantes el mes pasado fueron registrados por la Patrulla Fronteriza. La última vez que las detenciones mensuales de la Patrulla Fronteriza fueron más altas fue en marzo de 2000, cuando la agencia reportó 220,063 arrestos de inmigrantes, según datos históricos de CBP.
El aumento en las llegadas a la frontera se produce cuando la administración Biden se prepara para eliminar las reglas del llamado Título 42, que ha permitido a las autoridades expulsar rápidamente a los migrantes sin procesar sus solicitudes de asilo dando razones de salud pública debido al covid-19. La política, instituida por primera vez bajo la administración Trump, expirará el 23 de mayo.
Tan solo en el mes de marzo, las autoridades de inmigración llevaron a cabo 109,549 expulsiones bajo el Título 42, lo que representa casi el 50% de todas las detenciones de migrantes.
Las familias migrantes que viajan con hijos menores y que no son procesados bajo el Título 42 generalmente son liberadas con avisos judiciales, a veces con dispositivos de seguimiento, como monitores de tobillo. La mayoría de los niños no acompañados, que están exentos del Título 42, son trasladados a refugios gubernamentales.
El fin de esta medida ha generado rechazo por parte de demócratas y republicanos. El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que Texas tomaría varias medidas en respuesta al fin de las restricciones de asilo, que se espera que conduzca a un aumento de inmigrantes.
Una de sus medidas fue la implementación de inspecciones adicionales en los cruces fronterizos como una “política de tolerancia cero para los vehículos inseguros” que trafican migrantes y drogas. Sin embargo, el viernes por la tarde anunció el fin de la medida que obstruía el tráfico y que generaba embotellamientos de camiones comerciales en la frontera entre Estados Unidos y México, después de una semana de reacciones violentas y temores de pérdidas económicas más profundas.