Con los compañeros de los Angels, Mike Trout y Shohei Ohtani, enfrentados cara a cara con un final hollywoodense, Japón derrotó a Estados Unidos en un juego apretado.
El libreto no podía haber sido mejor: Shohei Ohtani lanzaba en la parte baja de la novena con cuenta llena – tres bolas y dos strikes – a Mike Trout, su compañero de equipo en los Angels de Los Ángeles, para definir el título del Clásico Mundial de Béisbol en Miami.
Ohtani respiró profundo, preparó el potente lanzamiento y solo vio a Trout abanicar el bate para prender la celebración en medio de la locura nipona, que ganó el martes su tercer título del CMB al derrotar 3-2 a un favorito, pero inconsistente, Estados Unidos en el LodDepot Park.
Esta fue la primera vez desde 2016 que Otani cerraba un partido y qué mejor momento para hacerlo que para asegurar el invicto y el campeonato a su equipo para desbancar a Estados Unidos como campeón.
“El mundo del béisbol ganó esta noche”, dijo el manager del equipo estadounidense, Mark DeRosa tras el partido a los medios de comunicación. “A pesar de que nuestros jugadores están decepcionados ahí, no podía estar más orgulloso de ellos, de cómo funcionaron como equipo al verse dos semanas y media atrás. Hubo juegos duros, fáciles, lo que sea, realmente estaban compenetrados como equipo y disfrutaban”.
Japón ganó su primer título en la primera versión del torneo en 2006 ante Canadá y repitió ante Corea del Sur en 2009.
Trea Turner abrió el marcador para los estadounidenses en la parte alta de la segunda con un jonrón ante el lanzador Shota Imanaga. Los japoneses no tardaron en igualar las cosas en la parte baja de la segunda por medio de Munetaka Murakami también con un jonronazo ante Merrill Kelly.
Todavía en la segunda, Kelly se vio en problemas al llenarse las bases. Aaron Loup reemplazó a Kelly en la lomita y permitió un sencillo a Lars Nootbaar, para que Kensuke Kondoh anotara el 2-1 a favor de Japón.
Los japoneses volvieron a anotar en la parte baja de la cuarta con un jonronazo de Kazuma Okamoto para el 3-1. Estados Unidos se acercó nuevamente al marcador con un jonrón de Kyle Schwarber, quien le conectó a Yu Darvish en la octava para el 3-2 definitivo.
“Si fueses a escribir un libreto como el de hoy, con Mike y Ohtani, hubiera preferido que salieramos avantes”, dijo DeRosa. “Esto es real, el CMB es real, el mundo entero pudo ver a Ohtani en un gran punto y batallar… de verdad prefiero que las cosas hubieran salido a nuestro lado. Así fue el libreto”.