En 18 municipios de la entidad, ubicados en las zonas con mayor actividad de agricultura y producción a gran escala, Servicios Educativos del Estado de Chihuahua (SEECH), ofrece actualmente atención en educación básica, a niñas, niños y adolescentes, hijos e hijas de familias jornaleras agrícolas migrantes.
En Ahumada, Cuauhtémoc, Guerrero, Namiquipa, Delicias, Meoqui, Camargo, Rosales, Saucillo, Jiménez, López, Ojinaga, Buenaventura, Galeana, Nuevo Casas Grandes, Casas Grandes, Janos y Ascensión, se cuenta con una plantilla de 48 docentes en 29 centros educativos que brindan 59 servicios en los niveles de preescolar, primaria y secundaria.
Para el ciclo agrícola 2019 se proyecta atender hasta a mil 400 menores en educación básica, y será a partir de este mes de julio cuando aumente la llegada de más familias migrantes al Estado, mismas que permanecen regularmente hasta el mes de septiembre.
Es por ello, que la Dirección de Atención a la Diversidad de SEECH ha flexibilizado las actividades escolares, que arrancan en marzo y culminan en noviembre, para esta población flotante, por lo cual, se les recibe en cualquier momento, con la intención de que nadie se quede sin escuela.
La mayor inscripción se registra durante el lapso de julio, agosto y septiembre, ya que son los meses de mayor afluencia de personas jornaleras migrantes en Chihuahua.
Los citados centros escolares se encuentran instalados en las cercanías de los campos agrícolas, por lo que algunos funcionan en aulas móviles, otros en espacios proporcionados por las y los ejidatarios y otra parte en aulas ubicadas dentro de inmuebles, como albergues, lo que implica que en su mayoría, estén alejados de áreas urbanas y cabeceras municipales.
Se estima que un 50 % de las familias agrícolas jornaleras migrantes que arriban a las principales regiones de cultivos son en su mayoría personas que pertenecen a pueblos originarios, provienen de la Sierra de Chihuahua y pertenecen sobre todo a la etnia rarámuri.
La otra mitad procede de estados del sur del país, como Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Puebla y el Estado de México; todos ellos y ellas hablantes de sus idiomas originarios.
Estos grupos son además, considerados parte de la población mexicana más vulnerable del país, debido a sus bajos niveles de instrucción académica, así como por la falta de acceso a servicios básicos y por sus carencias económicas y materiales.