«Texas State Troopers» detienen a Jesús Vasquez, de 22 años, y lo refieren a la Patrulla Fronteriza por no tener licencia en colonia de El Paso. El joven no solicitó DACA por falta de fondos, pero al no tener antecedentes penales y ser un joven «limpio», su arresto preocupa a la comunidad.
Jesús Vasquez no es un “bad dude”, violador, narco, ni ninguna de esas cosas que el Presidente Donald Trump alega son aquellos a quienes se está deportando como “prioridad” de su gobierno.
Sin embargo, el joven de 22 años fue detenido el sábado pasado por policías estatales en Texas y entregado a las autoridades migratorias por no tener papeles.
La razón por la cual lo detuvieron generó nerviosismo en la comunidad, porque significa que cualquiera es vulnerable y que las autoridades locales en ese estado ya están haciendo todo lo posible con colaborar en la tarea deportadora del actual gobierno en la Casa Blanca.
Los llamados “Texas State Troopers”, policía estatal, detuvieron al muchacho mientras manejaba un vehículo con los “vidrios ahumados” (tinted windows) cerca de su residencia en la zona de Montana Vista, una colonia cercana a El Paso.
El incidente provocó reacciones nerviosas en esa comunidad fronteriza, que solo espera que las cosas empeoren de aquí en adelante.
“Está claro que las autoridades locales aquí en Texas ya están haciendo el trabajo de la migra”, dijo Fernando García, director ejecutivo de la Red Fronteriza de Derechos Humanos en El Paso. “Jesus Vasquez no es el perfil de quienes nos dijeron iban a ser prioridad. Vino aquí a los 6 años, dejó la escuela para trabajar y ayudar a su mamá. Nunca ha estado en problemas o cometido un delito, pertenece a un equipo de futbol, va a la iglesia”.
Al ser detenido el sábado a las 3 de la tarde, Vasquez le mandó un mensaje de texto a su mamá, María Maturino.
“Ma, me paró la policía estatal”, dijo Vasquez. Desde entonces, la madre preocupada no ha sabido más nada del muchacho.
En todo lo que cuenta, Vasquez es un “dreamer”, dijo García.
“Jesús fue traído aquí en 2003, cuando tenía 6 años, fue a la escuela, en el décimo grado dejó los estudios para trabajar y ayudar a los suyos, nunca estuvo en problemas, ha sido un buen muchacho. Y tiene una hija de cuatro años, ciudadana”, dijo García.
Lo que más preocupa a García es que los policías estatales detuvieron al joven mientras llegaba la Patrulla Fronteriza, que a su vez lo entregó a ICE. El joven no tenía delitos, ni tampoco licencia, aunque les enseñó su acta de nacimiento mexicana.
“Hace dos meses la patrulla lo hubiera dejado ir porque no tiene problema alguno, no está entre las prioridades”, dijo García. “Esta idea de que si no tenías delitos, tenías mucho tiempo aquí, y lazos familiares, te iba a beneficiar, eso ya se eliminó. Ahora ya todo eso no importa”.
Durante los últimos años del gobierno de Barack Obama, las prioridades de deportación eran más respetadas y ICE y CBP no se enfocaban en este tipo de persona a la hora de aplicar las prioridades de deportación.
Ahora, todo eso ha cambiado.
“Hay un gran miedo en la comunidad, mucha incertidumbre de lo que va a pasar cuando salgas a la calle, o si vas a terminar detenido”, apuntó el activista.
Texas es un caso especial, ya que a diferencia del otro estado con gran cantidad de indocumentados, California, el liderazgo estatal es republicano y está del lado de Trump. Su gobernador Gregg Abbot apoya la lucha contra las “ciudades santuario” e impulsa una ley estatal para castigar a agencias del orden que no colaboren directamente con ICE.
Pero el caso de Vasquez también ilustra otro problema: los jóvenes que podrían calificar como “dreamers” pero no pidieron DACA por falta de fondos. Ese fue el caso del muchacho y también de la joven Daniela Vargas, arrestada en Mississippi despúes de denunciar la deportación de su papá y hermanos en una redada de vivienda.
DACA cuesta 465 dólares por cada renovación y es un elevado costo para muchos inmigrantes con limitados ingresos. El costo fue una de las razones por las cuales muchos jóvenes inmigrantes no solicitaron el beneficio, bajo el programa creado en 2012 por el Presidente Barack Obama para retrasar la deportación de jóvenes indocumentados que llegaron a este país por decisión de sus mayores, siendo menores de edad.
Inicialmente se calculó que 1.9 millones de jóvenes serían elegibles para el programa que aún sigue vigente y que el gobierno de Trump no ha eliminado, pero sólo cuenta con el beneficio poco más de 750,000.
“El habla mejor inglés que español, aquí está su mamá y también sus hermanos. Tiene una novia con quien se iba a casar y una hija de 4 años”, dijo García. “El no conoce a México para nada”.
Añadido a la preocupación de las comunidades fronterizas están las directivas de la Casa Blanca, aún en proceso de implementación, para contratar a 5000 nuevos patrulleros fronterizos y 10,000 nuevos agentes de ICE.
Las comunidades cercanas a la frontera esperan que la presencia migratoria y la cooperación de ciertas policías con las autoridades federales vayan en aumento. En Texas, son pocos los departamentos policiales que han separado sus actividades de ICE y Abbot, el gobernador del estado, está castigando económicamente a las policías que no hagan trabajo migratorio.
“Y aún no comienzan a traer al nuevo personal”, apunta el activista. “Pero el clima anti inmigrante ya está agudizado”.