En abril de 2024, el laboratorio AstraZeneca admitió en documentos legales que su vacuna contra la COVID-19 puede desencadenar el síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS) “en casos extremadamente raros”. Esta declaración se produjo en el contexto de una demanda colectiva que se inició en el Reino Unido.
De todas las vacunas que se han ofrecido al mercado, la de AstraZeneca fue la más polémica. Y es que tras conocerse varios casos de trombos en distintos países de la Unión Europea (UE), España optó por frenar el uso de esta vacuna.
Sin embargo, una semana más tarde Sanidad decidió reanudar las inoculaciones, por lo que se llegó a completar la inmunización de los grupos de población priorizados por su actividad esencial. Entre ellos se encontraban policías, guardias civiles, profesores y muchos más.
AstraZeneca confiesa que su vacuna puede provocar casos de trombosis La farmacéutica ha reconocido ante los tribunales británicos que su vacuna puede provocar casos de trombosis con trombocitopenia (TTS). El primer caso denunciado ante el poder Judicial de Reino Unido fue el de Jamie Scott, quien afirma haber sufrido una lesión cerebral irreversible tras la formación de un coágulo de sangre y una hemorragia cerebral, luego de ser vacunado en abril de 2021.
El caso involucra un daño moral teniendo en cuenta que el hospital avisó a su esposa -ambos son padres de dos niños- que moriría.
Según describió el periódico, en mayo del año pasado en una carta a los abogados de Scott, AstraZeneca dijo: “no aceptamos que el TTS sea causado por la vacuna a nivel genérico”. Pero en el documento legal presentado ante el Tribunal Superior en febrero el laboratorio dijo: “Se admite que la vacuna AZ puede, en casos muy raros, causar TTS. Se desconoce el mecanismo causal. El TTS también puede ocurrir en ausencia de la vacuna AZ (o cualquier vacuna). La causalidad en cualquier caso individual será materia de prueba pericial”.
En este contexto, un portavoz de AstraZeneca ha declarado que “la seguridad del paciente es nuestra máxima prioridad y las autoridades reguladoras cuentan con estándares claros y estrictos para garantizar el uso seguro de todos los medicamentos, incluidas las vacunas”.