A unas horas de su Ordenación como Obispo de Torreón, monseñor Luis Martín Barraza Beltrán, quien fuera elegido por el Papa Francisco como tal, dijo estar «listo lo humanamente posible», y reconoció tener nervios y preocupación ante su nueva encomienda. Mañana será la ceremonia.
Monseñor llegará a tierras laguneras hoy por la tarde al igual que el Nuncio Apostólico en México, Franco Coppola, representante de la Santa Sede.
Ambos serán recibidos por el ahora Administrador Diocesano, José Guadalupe Galván Galindo, quien a partir de este miércoles, se convertirá en el Obispo Emérito de Torreón y quien además, preparó una cena de bienvenida. Será en el Cristo de las Noas donde ambas personalidades así como los obispos de diferentes partes del país y sacerdotes invitados, serán recibidos.
Para la ceremonia se espera la presencia de por lo menos 30 obispos y 400 sacerdotes.
Monseñor Luis Martín, actualmente se encuentra en la ciudad de Camargo, tierra que lo vio nacer y en donde esperará la hora indicada para partir a su nueva misión en compañía de sus padres, hermanos y demás familiares.
«Se siente un poco de nervio, de pendiente, de preocupación, leve yo pienso que la normal, de una nueva encomienda y aunque sabe uno que es la misma misión pero se tiene sus cosas novedosas», dijo en entrevista.
Don Luis Martín no viajará solo, lo acompañarán tres sacerdotes de ciudad Carmago, Chihuahua, elegidos gracias a la amistad que tienen con sacerdotes laguneros.
«Unos conocen a unos, yo a otros, y me pareció buena idea invitarlos para hacer un bonito encuentro que tengamos mañana y pasado», adelantó monseñor. Ellos son: Pascual Rodríguez, Adrián Bejarano y Trinidad Carrera.
Aunque no hubo una gran despedida, comentó que visitó cada una de las tres parroquias en donde inició su vida sacerdotal. Estas son San Pedro, la Asunción de María y una más en la comunidad de Ojinaga, La última fue el domingo en el Santuario de Guadalupe, en la ciudad de Camargo.
El nuevo obispo, quien dejará su natal Chihuahua, dijo que extrañará a las amistades que dejará.
«La familiaridad, la gente con la que he convivido, ya sea por razones pastorales, amistades que tengo, permanecerá así pero no será tan a la disposición de la agenda como para ir al encuentro cuando uno lo necesite; incluso la familia de sangre ya estará uno más sujeto a una agenda, tendremos que seguirnos encontrando pero ya a otro ritmo».
Finalmente, monseñor emitió un mensaje a la comunidad lagunera antes de su llegada:
«Pongamos nuestra mirada en Jesucristo, en la buena noticia que viene a traernos, él viene a darle un sentido a la vida de todos, viene a revelarnos el plan que tiene para todos, y también que tiene para la iglesia de Torreón, así que pues entorno a Jesucristo vamos haciendo la unidad, para ir cumpliendo con la misión que nos encomienda como iglesia Diocesana».