LES ARROJAN ENCIMA INSULTOS Y BASURA: PRIMERAS MUESTRAS DE XENOFOBIA
La familia de David cruza nuestro país junto a su esposa y dos niños por tercera ocasión, denuncian que los malos tratos por parte de la ciudadanía son cada vez más comunes.
“Los malos tratos no vienen de Trump, pasar por la Ciudad (de México) es un dolor de cabeza” dijo David, padre de dos niños pequeños y esposo de Pamela, una familia migrante proveniente de Honduras que por tercer año intentará cruzar a Estados Unidos
Esta familia denuncia que el pedir ayuda, ya sea una moneda, comida o agua es cada vez más complicado, debido a que existen casos aislados de malos tratos al pasar por la capital del país y el Estado de México.
Desde insultos, pedradas, asaltos y hasta golpes han recibido sólo por querer cumplir el sueño americano.
Crónica días atrás reportó que en la avenida Gustavo Baz, un sujeto atropelló a un niño migrante, que iba acompañado por su padre y hasta el día de hoy se desconoce el paradero de la familia y del delincuente.
“Fuimos deportados en Laredo, los polis mexicanos nos detuvieron, y por un lado yo y a mi esposa con los niños por otro y nos reencontramos allá en Honduras en Ocotepeque (distrito del país centroamericano) y el año pasado intentamos, pero no pasamos de la Ciudad, y por última vez lo vamos a intentar, aunque mi niña me vea sufrir pero lo vamos a lograr “, comentó David, que llevaba a su hijo en brazos y una bolsa de paletas que vendía cuando los semáforos se ponían en rojo para sacar un poco de dinero.
Su esposa, que cuida a la niña en la banqueta explicó que el año pasado le lanzaron una piedra cerca del metro, al preguntarle qué estación, dice que una de color café pues desconoce las estaciones.
William y Barry, como se presentaron a esta casa editorial, son un par de hermanos provenientes de El Salvador que también han sido víctimas de maltrato por parte de la gente.
“Hace dos semanas nos aventaron una bolsa de basura mientas caminábamos aquí por la calle, y a mi hermano se lo tumbaron, le lastimaron la pierna y por eso anda con ese palo”, dijo William al preguntarle por su travesía en la Ciudad de México.
Además de tener que enfrentarse a casos aislados de violencia, esta familia de migrantes y el par de hermanos no cargan con documentos oficiales de su país, debido a que según ellos, es más difícil que los deporten.
“Por eso cargamos el billete de nuestro país y se lo mostramos a la gente, para que sepan que venimos de Honduras o El Salvador, porque si pasamos con nuestra credencial oficial es más fácil que nos manden de regreso, y ya no queremos volver”, comentó David.
A pesar de que entre la familia de Pamela y los hermanos salvadoreños no hay ninguna relación, estos comenzaron a apoyarse desde que se encontraron en la avenida López Mateos en el municipio de Tultitlan.
“Hermano, si no nos ayudamos entre nosotros nadie más lo va a hacer, sus niños pueden conseguir mejores oportunidades que nosotros”, dijo William.
Su recorrido continuó hacia el municipio de Zumpango, cuando los seis integrantes abordaron un camión que los dejó sobre la carretera y siguieron a pie su camino.
TRAVESÍA. Aunque en estos últimos meses ha sido más común ver caravanas de migrantes cruzando por nuestro país, estas familias han decidido hacerlo por su parte.
La familia de David ha intentado cruzar a Estados Unidos porque gran parte de su familia ha logrado hacerlo, además de no poder conseguir empleo en su país de origen, pues dice que la situación económica es complicada, y más para poder dar una vida digna a sus hijos.
“En Honduras o eres parte de los ladrones o trabajas de obrero, hasta para ser soldado te piden ser amigo de algún político importante, y nuestra intención no es quedarnos en México, aquí no es tan complicado como en Honduras pero mi familia, que sí logró cruzar, dicen que allá es todo más sencillo”, explicó el padre de los niños.
Mientras que William y Barry abandonaron El Salvador por miedo a ser reclutados por grupos criminales, además de explicar que en su país es muy complicado que un joven afroamericano consiga un buen puesto laboral, económicamente.
“Yo no pude estudiar la Universidad, es bien difícil, pero hermano, si logramos cruzar para el otro lado, te prometo que no llevaremos vida de pandilleros, sólo queremos un buen hogar, estar tranquilos sin problemas delictivos”, comentó William.
INOCENCIA. Para la pequeña Fernanda, hija de David y Pamela, las cosas pintan de otro color; mientras su padre busca la manera de que coman una vez al día, ella piensa que está de vacaciones.
Al preguntarle si sabía que estaba haciendo con su familia en México la menor contestó diciendo “No voy a la escuela, mi papá me lleva cargando a todos lados, y conocemos muchos lados, estamos de vacaciones”.
La Crónica de hoy