Nuestro municipio es heredero de una larga tradición de trabajo e incansable lucha por hacer del inhóspito desierto un hogar, un espacio digno para vivir y crecer.
Desde nuestros padres fundadores hasta el presente, Ojinaga ha marcado la pauta en las batallas del norte; hablo sí del movimiento revolucionario, pero hablo también de la batalla permanente por salir adelante.
En las décadas de los 80´s y 90´s Ojinaga representó para el estado de Chihuahua un ejemplo de crecimiento y estabilidad, propios de un municipio pequeño con ánimos de afianzar su esencia y la personalidad colectiva que nos distingue.
Iniciado el tercer milenio, en la primera década de los 2000, el crecimiento experimentó un estado de reposo, que si bien permitió confirmar nuestros caracteres de permanencia, desaceleró el crecimiento que veníamos presentando.
En esa primera década y parte de la segunda del siglo XXI, un particular proceso tuvo lugar en nuestra frontera: una generación de jóvenes ojinaguenses maduraban sus ideales políticos y sociales, fincando su agenda de trabajo para retomar el vuelo y escribir nuevas páginas en la historia de La Perla del Desierto.
Podría decir que en los últimos cuatro años la conciencia social y comunitaria ha alcanzado un nivel de madurez que nos ha permitido ver en toda su amplitud el potencial de nuestro municipio, y mejor aún, decidimos poner en marcha nuestras herramientas de trabajo para materializar un nuevo presente, con familias que hacemos frente a los nuevos retos, llevando a plenitud la carga histórica que nos precede.
Hoy Ojinaga goza de una visión renovada, y aquella generación de jóvenes hoy ocupa un lugar en la mesa de las decisiones; como actores políticos y líderes sociales se han dispuesto a traducir sus ideales en acciones concretas, gestiones de largo aliento que traigan consigo obras y servicios a la par de un municipio que crece, una frontera que se desarrolla en todas sus aristas, particularmente en lo social, lo familiar y lo humano.
Debemos decirlo con todas sus letras: Ojinaga es potencial y desarrollo. Ya se habla de los procesos que tienen lugar en este municipio, de las alianzas estratégicas que se están trazando para retomar nuestro lugar en el panorama político estatal y nacional.
Nuevos tiempos nos aguardan, los próximos tres años serán definitorios en la configuración de una frontera que se renueva y mantiene la guardia en alto, sabedores que lo bueno aparece trabajando, y haciendo del discurso un campo de acciones y resultados. Aquí estamos, y permaneceremos para poner en las manos de las nuevas generaciones de jóvenes una casa en buen estado, con la esperanza permanente de haberlo logrado.