PRESIDIO – Más de cincuenta niños acompañados de sus padres asistieron la tarde de ayer a la biblioteca pública de Presidio para festejar de manera anticipada el día de la Coneja. Los pequeños escucharon la lectura a cargo de Joe Portillo, administrador del Ayuntamiento de la ciudad, quien se mostró entusiasta al participar en el evento.
Por su parte, Carmen Elguezabal, directora de la biblioteca aseguró que es importante involucrar a los adultos en este tipo de actividades. “Sin duda esta celebración es un logró más, pues el ver la respuesta de nuestra comunidad hace que me sienta muy agradecida con mis compañeros, Jesús, Gloria, Matilde, y mis jóvenes voluntarias quienes me brindan su apoyo y por supuesto con los patrocinadores que hicieron posible conservar esta tradición” comentó Carmen Elguezabal.
Al término de la lectura los pequeñitos salieron al jardín de la biblioteca para buscar los huevitos de pascua, y para aquellos que encontraron los huevos dorados recibieron un premio. “Es muy educativo, los niños no sólo se están divirtiendo, sino que están aprendiendo algo de cultura general, y lo más bonito es que fortalece la relación con entre padres e hijos” señaló Elguezabal. “Es necesario este tipo de eventos, pues sirven para conservar las culturas y para convivir con la comunidad y conocerse unos a otros, además podemos celebrar el día de pascua” dijo Ana González.
Existen varias leyendas que hablan del origen o las tradiciones que llevaron a las comunidades de distintas partes del mundo a festejar el Domingo de Resurrección con un animal incapaz de poner huevos. Aunque los orígenes del conejo de Pascua no están muy definidos, parece que la elección del conejo es un símbolo para celebrar la Pascua pues se debe a su conocida capacidad de procreación, de gran valor simbólico en unas fiestas dedicadas a la primavera y a la fertilidad de la tierra tras el invierno.
Tiene su origen en la cultura germánica, que otorgó al conejo de Pascua el significado de personaje mítico infantil que conocemos actualmente pues cuando el catolicismo se convirtió en la religión dominante en Alemania en el siglo XV se mezcló con la festividad religiosa y con el inicio de primavera y Semana Santa.