CONMEMORAN EL 171 ANIVERSARIO DE LA GESTA HEROICA DE LOS NIÑOS HÉROES DE CHAPULTEPEC
Por. Lic. Jaime Gomez Grado
OJINAGA.-La mañana de este jueves se llevó a cabo la conmemoración del 171 aniversario de la gasta heroica de los Niños Héroes de Chapultepec, la cual se llevó a cabo en el hemiciclo a los niños héroes.
En dicho evento estuvieron presentes el General brigadier D.E.M. Francisco Javier Zubia González Comandante de la Guarnición Militar de Ojinaga, C. Martin Sánchez Valles Presidente Municipal, Sra. Sarita Lujan de Sánchez Presidenta del DIF Municipal, Profr. Arturo Muñoz P. Sub Recaudador de Rentas en Ojinaga, Lic. Uri Onam Muñoz Díaz Secretario del Ayuntamiento, Profr. Raúl Juventino Juárez Acosta Síndico Municipal.
Durante el evento estuvieron presentes escoltas de las diferentes instituciones educativas, así como personal militar quienes rindieron honores a los Niños Héroes de Chapultepec.
Cabe mencionar que durante este evento los cuerpos de emergencias presentes como Protección Civil así como SOS atendieron a 9 personas que presentaron casos de insolación.
La guerra mexicano-estadounidense (1846-1848) dejó marcada la historia de México, además de por la pérdida de territorios, por historias como la de la batalla de Chapultepec, una lucha armadas en la que seis niños defendieron su patria hasta morir. Actualmente, se les recuerda como ‘Los niños héroes’.
Los antecedentes de los hechos se remontan a la invasión del Ejército estadounidense, cuyas tropas se encontraron en una última batalla con las mexicanas en el cerro de Chapultepec, en Ciudad de México. En el lugar se encontraba el Colegio Militar, último reducto de la defensa de la capital, lo que obligó a los cadetes –de entre 12 y 18 años–, a enfrentarse a los estadounidenses.
El director del colegio había solicitado a todos los alumnos que se dirigieran a sus casas, pero un total de 50 alumnos acabaron participando en la batalla y muriendo el mismo día, el 13 de septiembre de 1847. La historia recuerda seis de nombres: Juan de la Barrera, Fernando Montes de Oca, Francisco Márquez, Agustín Melgar, Vicente Súarez y Juan Escutia.
¿QUÉ SE SABE SOBRE ELLOS?
Juan de Barrera, teniente del Cuerpo de Ingenieros de recién cumplidos 18 años, nació el 26 de junio de 1828. Murió en defensa del hornabeque sur del cerro, el mismo sitio en el que tras la batalla localizaron e identificaron los cadáveres de los seis ‘Niños Héroes’.
El cadete Fernando Montes de Oca, de 18 años, nació el 29 de mayo de 1829. La historia dice que murió en el marco de una puerta cuando la defendía de la entrada de los soldados estadounidenses, cayendo al ser atacado por uno de ellos por la espalda.
Francisco Márquez, uno de los más pequeños, nació el 8 de octubre de 1834, por lo que el día que encontró la muerte tan solo tenía 12 años. Le dieron muerte en el interior del castillo, cuando un grupo de soldados le imperaron que se rindiese, ante lo que él reaccionó disparando y matando a uno de sus adversarios. Después, él mismo moriría a causa de los disparos de otros soldaros.
El cadete Agustín Melgar, de 17 años, murió tras lanzarse a la lucha cuerpo a cuerpo contra soldados estadounidenses, momento en el que resultó herido mortalmente por disparos y bayonetas.
Otro de los más pequeños, el joven Vicente Súarez, de 13 años, había nacido el 3 de abril de 1833. Desarrollaba labores de centinela cuando fue sorprendido por una bayoneta estadounidense cuya flecha impactó en su cuerpo y le dio la muerte.
Por último, el cadete Juan Escutia perdió la vida en la ladera poniente del cerro, donde fue herido por una bala y cayó. Según algunos historiadores, como José Manuel Villalpando, él era probablemente soldado del batallón San Blas, siendo su nombre completo Juan Bautista Pascacio Escutia Martínez, recoge el portal digital independenciademexico.com.mx
OTRAS VERSIONES
Sin embargo, la historia tiene diferentes versiones, como la que señala que Juan Escutia «se cayó por ebrio», y que «no eran cadetes sino reos prisioneros en el castillo». Por otra parte, se cree que «fue imposible que Juan Escutia saltase desde la torre que tenía el Alcázar en esa época y cayese hasta donde se encontró su cuerpo», pues «hubiese necesitado alas para caer hasta donde fue encontrado».
«Si pasó o no, carece de importancia, la gracia de todo esto es el valor simbólico, la voluntad de sacrificarse es un ejemplo de pundonor que hace al relato muy cercano a la mitología«, aseguró Rueda.