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Se mantiene la disyuntiva chihuahuense sobre la verdadera cuna de la Revolución

Mientras varios estados del país presumen haber sido la cuna de la Revolución Mexicana, en Chihuahua, donde no hay duda de que ocurrió este acontecimiento, se mantiene la polémica sobre si fue en Coyame del Sotol o en Guerrero, el verdadero primer levantamiento armado en el país, contra el gobierno de Porfirio Díaz.

Como cada año, este 14 de noviembre los tres poderes del Estado se trasladan al poblado de Cuchillo Parado, para conmemorar un aniversario más del inicio de la Revolución Mexicana, señalado oficialmente como la auténtica cuna de esta gesta heroíca, hace ya 107 años.

Para historiadores como el profesor Fernando Peña, cronista del municipio de Guerrero, aseguran que en San Isidro, con la toma de Estación Miñaca, Albino Díaz y su yerno Pascual Orozco, encabezaron el primer enfrentamiento contra las fuerzas federales el 19 de noviembre.

Por eso, asegura que fue en San Isidro donde iniciaron las primeras balaceras, pues en Cuchillo Parado, el grupo de Toribio Ortega sólo se declaró en rebeldía y escapó a resguardarse en la serranía, sabedores de que un grupo de militares llegaría ahí para aprehenderlos.

Pero según el señor Cruz Nieto, hijo de descendientes de revolucionarios y avecindado durante toda su vida en Cuchillo Parado, Toribio Ortega y su gente, la tarde del día 14 derrotaron en un lugar conocido como La Boquilla, al grupo de militares que acudía a aprehenderlo.

Subraya que conoce los hechos de viva voz por quienes estuvieron en combate con Toribio Ortega, “lo que dicen otros lo saben porque lo leyeron en los libros, lo que yo sé me lo platicaron mil padre y mi abuelo, entre otras personas que también tomaron las armas”, afirma.

El año pasado, el gobernador Javier Corral convocó a la historiadores, conocedores del tema y a las instancias académicas en general, a abrir el debate para esclarecer el tema.

La traición y emboscada

Como en cada región del país, en Cuchillo Parado el comerciante Toribio Ortega Ramírez y su gente, preparaban todo para alzar las armas el 20 de noviembre, pero la traición de su primo Herminio Ramírez y residente de Coyame, hizo que la situación cambiara.

A inicio de mes, Herminio recibió 200 pesos de Toribio, para que acudiera a Presidio, Texas a comprar rifles y parque, pero cambió el trayecto de la frontera a la capital del estado, para avisar al cacique Luis Terrazas, de los planes que tenían en Cuchillo Parado de levantarse en su contra.

La noche del día 13 de noviembre, un sobrino de Toribio le avisó que viajaba un contingente de militares con la intención de aprehenderlo a él y a parte de su grupo, por lo que esa misma noche organizó a quienes consideraban combatir con él y los llamó a definirse, “es tiempo de que se arrepientan los que se quieran arrepentir”; solo uno, llamado Cruz Padilla desertó y se vio obligado a dejar el pueblo.

La mañana del 14 de noviembre, Toribio Ortega abrió la tienda de su propiedad y giró la instrucción de tomar la comida y demás víveres que había, para que las mujeres y niños se fueran a resguardar a una de las cuevas enclavadas en la sierra.

Ese mismo día, Ortega y los hombres tomaron camino rumbo a Coyame y fue en el lugar conocido como La Boquilla, cerca del río, donde emboscaron al pequeño contingente de militares que fue enviado a arrestarlo.

“Aquí se levantaron porque Ortega no se podía rendir, pues desconocía si lo iban a matar o tenían la intención de encerrarlo”, narra don Cruz Nieto.

Toma de la estación Miñaca

Un llamado a “declarar” enviado a pobladores de San Isidro, por el entonces jefe policial de Guerrero, don Urbano Zea, fue un llamado de alerta para Albino Frías y su yerno Pascual Orozco, quienes tras reunir a su gente en la estación del ferrocarril de San Isidro, deciden tomar las armas.

La tarde del 19 de noviembre se declararon rebeldes y empezaron la lucha bajo los principios maderistas de “Sufragio efectivo, no reelección” contra el gobierno de Porfirio Díaz.

Su primer objetivo fue la toma de Estación Miñaca, que entonces era un importante punto, por encontrarse ahí un almacén de minerales, armas, parque y dinero, que eran embarcados de las minas de la sierra.

Aprovecharon que en ese momento, el sitio era resguardado por un pequeño pelotón de militares, quienes tras un breve enfrentamiento decidieron rendirse.

Tras apoderarse de los bienes y destruir el telégrafo, para evitar que los soldados pidieran refuerzos, regresaron a San Isidro y al pasar por los distintos poblados, más hombres se les unieron, cuando llegaron a su destino el contingente sumaba ya 300 personas.

Eso les dio la seguridad para tomar la hacienda de Joaquín Chávez, el cacique de la región, a quien le despojaron de armas y dinero, posteriormente continuaron a Ciudad Guerrero, que fue la primera cabecera distrital del país en ser tomada.

Siguieron con la batalla de Mal Paso y en diciembre, ya con Pascual Orozco al frente, libraron un enfrentamiento contra el ejército en Cerro Prieto, donde más de 15 habitantes de San Isidro perdieron la vida, pero las luchas con guerrerenses al frente, a diferencia de otras regiones del país, continuaron hasta la toma de Ciudad Juárez en mayo de 1911.

“Aquí hubo un mayor ánimo en tomar las armas, la gente no se rajó y esa luz revolucionaria en ningún momento se apagó, por el contrario, se hizo más grande hasta la toma de Ciudad Juárez”, acotó Fernando Peña.

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