Cae el telón de Tokyo 2020. Se acabó la función y en enésima representación la placa conmemorativa, deja cuatro bronces, siete cuartos lugares y un deporte olímpico mexicano cuarteado en sus estructuras de Alto Rendimiento, con Federaciones de manejo vetusto y un Comité Olímpico Mexicano amarrado de manos como facilitador y sin presupuesto para operar ante recursos congelados, disminuidos y entregados a destiempo, entre pandemia y negligencia que han enmarcado lo que era un ciclo olímpico brillante.
México había destacado en Centroamericanos de Barranquilla, donde se dominó el medallero en primer lugar y posteriormente en los Panamericanos de Lima en Perú 2019, se obtuvo el tercer lugar,lo cual alimentaba esperanzas para Tokyo 2020. Viene el retraso por un año de la cita olímpica,unos aprovecharon, otros se quedaron en el camino, pero al final el resultado enmarca que el deporte mexicano está en un limbo, cuarteado, fundido en cuatro bronces, siendo que el patrón de conducta se repite en cada cuatrienio de los Juegos, siendo una espiral que parece no tener final.
Hay fracasos marcados y como tal se deben asumir. Tae Kwon Do desde que es deporte olímpico oficial en Sydney 2000 nunca había faltado en el medallero. Lo de Acosta y Sansores en tierra nipona fue vergonzoso. Superados completamente en solo seis minutos que dilató su presentación en un solo combate. El boxeo que de antaño era garantía naufragó con Esmeralda Falcón y Brianda Tamara en femenil, con Rogelio Romero en varonil. Las Federaciones tienen su medalla de oro en culpas, pero el lavadero de manos está listo sin meter los puños ni las mangas a remojar.
El beisbol tiene clasificación histórica. Solo 6 de 24 que estuvieron ahí llegaron a Tokyo, en una selección secuestrada por Pro Beis y Edgar González. Manager manipulado a la medida como Benji Gil, tirado a un lado el anterior Juan Gabriel Castro y 28 millones de pesos invertidos tirados a la basura. En clavados donde debió haber más, urge el cambio generacional encabezado por las medallistas Ale Orozco y Gaby Agúndez, como Balleza, como Berlín, Lolita Hernández, Caro Mendoza, Arantxa Vázquez y Chávez, los neoleoneses Olvera y Villareal.
Lo de Iván García fracaso absoluto. El Pollo falló estrepitosamente, opinando un servidor que las palabras de su esposa Paola Espinoza resentida por no ir, le metió presión y mostró la grilla que pulula de años atrás con las manipulaciones en la Federación Mexicana de Natación.
Ningún atleta va con la intención de perder. Eso es claro, pero el desorden en el Alto Rendimiento es patente, es señalado, pero no rinde cuentas claras y todo se va a la baja. Los bronces de Ale con Gaby en clavados, de Valencia con Alvarez en Tiro con Arco, de Aremi Fuentes en pesas, de futbol varonil saben a oro molido en unos Juegos donde México se fue a la baja en el medallero olímpico.
Los siete cuartos tan valiosos. Lolita y Carolina, como Balleza y Berlín en sincronizados, el de Yahel Castillo con Zelaya, como el nuevo futuro de clavados en plataforma con el conseguido por Agúndez. El tirador Jorge Orozco en Fosa Olímpica, sorprendiendo. El de Alexa Moreno lesionada de un hombro,con pundonor en Salto de Caballo y el del controvertido equipo de softbol que se ganó el corazón en el campo y el desazón con los uniformes en la basura.
Deporte cuarteado. Un tsunami japonés que lo agrava. ¿Quién asume responsabilidades? ¿Quién dará explicaciones coherentes en el análisis ? Nadie sabe nadie supo, porque para pretextos, explicaciones pedidas no dadas y la política inmersa de por medio, ahí no hay quienes les quite la medalla de oro.