Un mexicano condenado a muerte en 2003 tras asesinar a cinco miembros de su familia en Dallas fue ejecutado hoy en prisión
TEXAS.- El mexicano Abel Revilla Ochoa fue ejecutado por las autoridades del Estado de Texas, mediante inyección letal en la prisión de Huntsville.
En 2002, el hombre, bajo los efectos del crack, mató a cinco miembros de su familia en Dallas, entre ellos su esposa, hijas y suegro.
Esta tarde, la Suprema Corte de Estados Unidos rehusó escuchar la apelación del mexicano para postergar su ejecución, por lo que las autoridades procedieron con la inyección.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) había abogado por cambiar la sentencia por una de privación de la libertad.
El Consulado de México en Houston aseguró que ofreció asistencia a los abogados de Revilla Ochoa, oriundo de Durango, pero la defensa no aceptó el apoyo.
En un comunicado, la representación mexicana en la ciudad texana dio a conocer que Revilla Ochoa se naturalizó estadounidense y se ostentó como tal durante todo el proceso penal en el que fue encontrado culpable de diversos delitos y condenado a la pena capital en mayo de 2003.
Pese a la negativa de la defensa a recibir apoyo mexicano, el Consulado suscribió una carta de clemencia dirigida a la Junta de Perdones y Libertad Condicional el 16 de enero de 2020, acción que contó con la anuencia de los abogados defensores de Revilla Ochoa.
«El Gobierno de México ha manifestado consistentemente su oposición a la pena de muerte por considerarla una de las violaciones más esenciales de los Derechos Humanos, así como una sanción cruel e inhumana que socava la dignidad de las personas», enfatizó el consulado mexicano.
«En tal virtud, ha reiterado a nivel nacional e internacional, que seguirá promoviendo acciones tendientes a la moratoria de ejecuciones y la eventual abolición de la pena de muerte en el mundo».