Muchos agricultores estadounidenses están postergando compras e inversiones con la esperanza de que se dé una tregua en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la cual ha dejado sus cosechas en desventaja competitiva en el extranjero. Cuanto más tiempo estén vigentes los aranceles del gobierno del presidente Donald Trump, más tiempo estarán expuestos los productores de soya y puerco a las medidas punitivas de China.
El 6 de julio, el gobierno de Trump cumplió su amenaza de imponer aranceles de 25% a 34,000 millones de dólares en productos chinos con el argumento de que Beijing roba o presiona a las compañías estadounidenses para que entreguen tecnología. China respondió con aranceles similares a la misma cantidad de importaciones de Estados Unidos, incluida la soya y la carne de cerdo. El gobierno federal anunció el 10 de julio una posible segunda ronda de aranceles que afectaría a 200,000 millones de dólares en productos chinos.
“Desde la perspectiva de un agricultor, lo único que puedes hacer es esperar y tener esperanza, lo que no son muy buenas opciones”, dijo Michael Petefish, quien cultiva soya y maíz en el sur de Minnesota.
Wanda Patsche y su esposo, Chuck, están doblemente afectados. Cosechan maíz, soya y crían cerdos cerca de Welcome, en el sur de Minnesota. Wanda dijo que la principal medida que tanto ellos como sus vecinos han tomado para protegerse es demorar la inversión.
“No habrá compras de equipos, ni mejoras, sólo mantener lo que tenemos. Básicamente es un patrón de espera. Y esperar que las cosas se solucionen bastante rápido”, expresó.
Greg Bartz, un agricultor de cerca de Sleepy Eye, en el condado sureño de Brown, Minnesota, señaló que vendió la mayor parte de su cosecha de maíz y soya del 2018 a principios del año, antes de que los temores comerciales hundieran los precios. Es una apuesta que puede salir mal si los precios suben.
“Nunca se sabe y tampoco tienes idea de cómo va a ser la producción”, indicó Bartz, quien funge como presidente de la Junta Agrícola del condado.
Una de las pocas cosas que los agricultores pueden hacer por ahora es hacerse escuchar. Petefish y otros productores de la Asociación Estadounidense de Soya y de la Federación Estadounidense de Agricultores acudieron al Capitolio el 11 de julio para decirles a los legisladores cómo se convertirán en daños colaterales de la guerra comercial, a menos que haya una resolución pronto.
Joe Ericson, cuya familia cultiva soya, maíz y trigo en el este de Dakota del Norte, dijo que los aranceles ponen a los productores como él, quienes son partidarios de Trump, en una posición incómoda. “Apoyo completamente a mi presidente, pero es difícil defenderlo”, indicó.