>Esta es una realidad no solo de Ojinaga sino de México. Nuestros hermanos tarahumaras viven así en la Sierra. El testimonio de Refugio Chaparro nos habla de la verdad que viven muchos.
Refugio quien se mostró más desenvuelto, comento que el fue maestro de Conafe allá en la sierra, pero que el sueldo era muy poco por lo que decidió salir de su lugar de origen con la intención de buscar trabajo y salirle a la aventura.
Actualmente está en la cosecha del cacahuate en los campos Menonitas pero señala que obviamente hace falta apoyo pues no tienen agua potable y sanitarios, pues realizan sus necesidades fisiológicas a la intemperie.
Agrego Chaparro que, se bañan cada que el clima se los permite, pues les resulta casi imposible hacerlo cuando está el viento muy helado o las temperaturas muy bajas. Por último solicitaron a la ciudadanía que si pueden hacerles llegar cobijas, despensas o lo que sea su voluntad para poder soportar el extremo frío que se presenta en los campos menonitas y así continuar con su trabajo, el cual les permite llevar al menos un poco de ayuda a su familia que se encuentra en la sierra.
En la cosecha de cacahuate les pagaban a 12 pesos el kilo, la mayoría son originarios de Guachochi y de Guadalupe y Calvo y que llegaron a los campos menonitas a probar suerte, toda vez que en la sierra, la vida es mas dura y los obliga a salir a buscar trabajo para sobrevivir también se encontraban un par de niñas de 13 y 14 años, quienes dijeron también radicar en dicho asentamiento y que al igual que los adultos, se dedicaban a la cosecha del cacahuate.
Según manifestaron estos trabajadores del campo, ellos laboran todos los días y el sábado, les pagan lo que ganaron y los llevan a El Oasis, dónde generalmente realizan las compras del mandado y si acaso se les olvida o necesitan algo y se acuerdan estando ya de regreso en «su casa», tienen que caminar al menos 8 horas para ir a comprarlo, es decir, cuatro de ida y otras 4 de regreso a pie.
Refugio Chaparro y Beto Quiñónez, quienes señalaron que es muy poca o nula la ayuda que reciben por parte de las autoridades, ya que se limitan a entregar los apoyos en el albergue, mientras que muchos como ellos están en los campos, en casas de hule y de palos.