Un juez federal en Chihuahua absolvió al cabo de Infantería, Gabriel Roque Bernardino, del llamado “Pelotón de la Muerte”, señalado de cometer abusos en Ojinaga durante operaciones contra el narcotráfico entre 2008 y 2009.
Estuvo preso más de siete años en el penal militar número 5 de Mazatlán, Sinaloa, acusado de tortura y del homicidio del civil José Heriberto Rojas Lemus, dentro de la causa penal 49/2012.
Su defensa, la Organización Humanista para el Progreso Social, acusó que los señalamientos en contra del cabo fueron basados en dichos de testigos obligados por los elementos de la Policía Ministerial Militar mayores de Infantería, Carlos Alberto Rivera Medeles y de Caballería, Héctor Raúl Uriostegui, a declarar bajo presión.
En 2012, después de aplicarle el protocolo de Estambul, la Comisión Nacional de los Derechos reconoció que Roque Bernardino fue torturado para culpar al mayor, Alejandro Rodas Cobón, ex segundo comandante de la Tercera Compañía de Infantería no Encuadrada (CINE), de la desaparición, el 6 de agosto de 2008, del civil Erick Campos Valenzuela.
Pero la CNDH nunca emitió una recomendación a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por estos hechos.
Posteriormente, Roque Bernardino se retractó ante el juez de la causa argumentando que el señalamiento se dio en medio de amenazadas y daños físicos y psicológicos por parte de la Policía Ministerial Militar.
El cabo Roque Bernadino presenta secuelas psicológicas por la tortura, además padece de esquizofrenia.
Para el mayor, Alejandro Rodas Cobón, preso en el penal militar de Mazatlán, la libertad a su compañero demuestra que la investigación y el proceso están “viciados y que las pruebas fueron obtenidas en forma irregular”.
“Esto nos abre las puertas, yo estoy ligado directamente a Roque dentro del proceso, porque él me acusaba de haber participado en la muerte de Erick Campos Valenzuela, posteriormente él se retractó”, señaló en entrevista telefónica.
A la fecha el juez décimo de Distrito, René Ramos Pérez ha dictado libertad a dos militares procesados por el caso Ojinaga. En 2015, absolvió a un sargento.