MARFA – Entre 50 y 80 integrantes de las tropas de la Guardia Nacional del Ejército de Texas llegaron a Marfa el pasado lunes debido a la reciente orden ejecutiva del Presidente Trump en la que envía a los militares a la frontera sureña del país, que colinda con México.
Las tropas asignadas al Sector del Big Bend de la Patrulla Fronteriza asumirán papeles de apoyo únicamente y no estarán armadas, ni siquiera con armas cortas, según dijo el martes Rush Carter, supervisor de operaciones especiales.
En cambio, formarán parte de los empleados civiles en el sector como mecánicos, reparadores de tecnología, monitorizando las cámaras y sensores de movimiento y ayudando con las comunicaciones por radio, dijo Carter. Las personas que tengan una autorización especial ayudarán con la recopilación de inteligencia y su análisis.
Tampoco estarán en contacto directo con los inmigrantes indocumentados ni con los presuntos contrabandistas de narcóticos y no asumirán ningún papel en la aplicación de la ley, dijo Carter.
Tampoco estarán asignados a los puntos de control al sur de Marfa, Alpine y Marathon ni en Sierra Blanca, “ya que esto las situaría en un entorno operativo en la que se aplica la ley,” dijo.
En estos momentos no prestarán apoyo aéreo en el Big Bend y no trabajarán fuera de las oficinas de los puestos/sectores, por lo que tampoco prestarán ayuda en el mantenimiento de carreteras, dijo.
Los guardias pasaron el lunes y el martes en reuniones de orientación en el cuartel general del sector en Marfa y luego les asignarán cuarteles generales de sector y puestos de la Patrulla Fronteriza en Sierra Blanca, Presidio, Marfa, Alpine y Sanderson, dijo Carter. No quiso decir cuántas tropas estarían asignadas al sector y a los puestos.
“Durante todo el día fueron informadas sobre qué esperar en las comunidades locales y lo que el jefe (Robert Boatright, jefe del Sector del Big Bend) espera de ellas,” dijo Carter respecto a la orientación que tuvo lugar el lunes. “No las estamos abandonando en la zona.”
Dijo que muchas de las tropas son del puesto de guardia en El Paso, “lo que es bueno, [porque] compartimos culturas parecidas.”
Tal y como Carter dijo en una entrevista reciente con el Presidio International y el Big Bend Sentinel, la Patrulla Fronteriza quiere evitar una situación en la que el ejército entre en contacto con los civiles, como la que llevó a la muerte del adolescente de Redford, Esequiel Hernández Jr., al que un Marine de los EE.UU. mató a tiros cuando estaba en una misión para interceptar estupefacientes.”
Dijo que las tropas se hospedarán en los hoteles y moteles de la zona.
Como ejemplo de las tareas que realizará la guardia nacional, dijo que el sector no tiene suficientes mecánicos para su flota de entre 600 y 700 vehículos. “Por lo que, los cambios de aceite serán más rápidos y nuestros vehículos estarán de nuevo sobre el terreno con más rapidez.”
Al preguntarle cuánto tiempo estarán asignadas las tropas al sector, y a la frontera sureña, Carter aludió a unos comentarios que hizo Ronald D. Vitiello –comisario adjunto en funciones de Aduana y Protección Fronteriza de los EE.UU.– en una conferencia de prensa en El Paso el 13 de abril, en la que el comisario afirmó que “no hay fecha límite”, hasta que haya un “control operativo” de la frontera. Entonces se hablará de una “retirada.”
Dijo que 4.000 tropas de la guardia nacional serán asignadas a la frontera sureña en todo el país.