Dip. Omar Bazán Flores.- En semanas pasadas presenté una iniciativa con carácter de punto de acuerdo, de la cual estoy seguro podría amortiguar los efectos de la fluctuación al alza en los costos del gas L.P. Esto en medio de una infructuosa política federal que tomó el control de los precios, en un escenario que apuntaba para incrementos récord empujados en mercados internacionales.
Con la propuesta, el estado pedirá a las secretarías de Hacienda y Crédito Público, y de Energía, así como a la Comisión Reguladora de Energía, que destinen un subsidio al precio final, que pretendemos, sea un peso por debajo de la media nacional, en el entendido que las condiciones climáticas en la entidad hacen urgente la aplicación de incentivos.
No podemos dejar de mencionar, esta petición como urgente dado que en años pasados el estado de Chihuahua dejó de recibir subsidios para el gasóleo o combustóleo, lo que repercutió en miles de hogares.
Quiero ponderar que un subsidio no representaría una carga financiera de alta preocupación para el Gobierno Federal; por el contrario, fomentaría la compra venta. También despejaría las lagunas legales de empresarios gaseros que se inconformaron con la medida controladora del Gobierno Federal.
Recordemos que aunque existe civilidad en este sector, está en el aire la intención de frenar al abasto puesto que ya no obtienen ganancias al mismo ritmo que antes de iniciada la estrategia nacional.
El panorama del mercado del gas, en sí, es complicado. De acuerdo con la Secretaría de Energía, se observó un incremento de 28% en el periodo de mayo de 2020 a mayo de 2021. Una familia tiene que invertir más de mil pesos para adquirir un cilindro de 45 kilogramos, o sea, una semana de salario en promedio.
Hablando del gas Licuado de Petróleo, conocido como Gas L.P., se encuentra como el principal combustible de consumo en los hogares, ya que el 79 por ciento de los mexicanos lo usa como principal fuente de energía.
Existe, en su uso un impulso casi global, debido a su menor impacto ecológico, en comparación con el carbón o el petróleo. Entonces, no podemos dejar de impulsar su consumo atendiendo esta tendencia. Chihuahua es la entidad número 7 con mayor demanda a nivel nacional de este combustible.
El Estado Mexicano se ubica como el sexto país con mayor consumo de Gas LP a nivel mundial, dando así que el número de viviendas que utiliza Gas LP a nivel nacional es un aproximado de 27 millones 760 mil, que se traduce en alrededor de 100 millones de personas.
Según estudios oficiales, el Gas LP es de especial interés para las instituciones del Estado Mexicano, el fomentar condiciones de acceso al combustible a precios que garanticen la preservación de la democracia fundada en desarrollo económico y social de sus habitantes.
Por lo cual el derecho humano a la energía debe ser protegido debido a que esto constituye un presupuesto indispensable para el goce de otros derechos fundamentales, debe prevalecer la protección a la sociedad ante el daño económico que éste sufre. El derecho humano a la energía no deberá estar por encima de los intereses de mercado.
