BORRACHERA, GOLPES, DETENCIONES… EL ESCÁNDALO DE BASQUETBOLISTAS MEXICANOS EN ARGENTINA

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El pleito que protagonizó un grupo de jugadores de la selección mexicana de basquetbol sí ocasionó que fueran llevados a una comisaría en Córdoba, Argentina, y no fue un percance sin gravedad, como lo dieron a conocer a través de un comunicado.

La madrugada del pasado lunes, jugadores del equipo, principalmente Héctor Hernández, se liaron a golpes en un bar a donde llegaron en estado de ebriedad, continuaron ingiriendo bebidas alcohólicas y armaron un escándalo que provocó que la policía de Córdoba arrestara a algunos de ellos.

“Le pegaron a clientes. Le pegaron a mujeres. A un cliente lo desmayaron. Y uno de mis guardias de seguridad tiene el tabique roto”, dice a Apro Fernando Pereyra, dueño de “María María”, el pub de la ciudad de Córdoba, Argentina, al que asistieron entre ocho y nueve miembros de la selección mexicana de básquetbol, para celebrar el tercer puesto obtenido en la Americup.

“Eran dos o tres los que estaban más alterados. Y uno sobre todo, uno de ellos, que es un chico que se llama… -se toma un momento para cotejar la foto oficial del basquetbolista-… Héctor Hernández, que tiene todos los brazos tatuados. Ese fue principalmente el que originó todo el problema dentro del local”.

“María María” es un restaurante bar con música en vivo tradicional de la noche cordobesa. Abre de lunes a lunes. Siempre con música en vivo. A nadie extrañó entonces que el domingo 3 de septiembre, una vez finalizado el torneo, celebrara allí el triunfo la selección de Estados Unidos y que algunas mesas más allá estuvieran los subcampeones del equipo argentino.

Malas intenciones

Alrededor de las 00:30 horas, cuando ya faltaba poco para terminar el karaoke que el local ofrece cada domingo, se hicieron presentes en el lugar ocho o nueve jugadores del seleccionado mexicano, que acababan de alzarse con la medalla de bronce tras vencer a Islas Vírgenes.

La selección nacional de basquetbol participó en la Americup FIBA 2017, torneo en el que perdió en semifinales ante Argentina por marcador de 84-67. Los jugadores viajaron a Córdoba con recursos públicos proporcionados por la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).

“Ellos ya llegaron con malas intenciones, muy prepotentes, sin querer pagar la entrada”, dice Pereyra. “Los dejamos pasar igualmente, sin pagar el ingreso”. Pero eso no fue todo. El propietario cuenta que los deportistas arrebataron al recepcionista el talonario con las entradas de derecho de espectáculo. Hubo que pedirles que lo devolvieran.

“Ya venían medio tomados, habían bebido, empezaron a consumir en el local y en realidad hacían lo que querían”, dice Fernando Pereyra. “Se subían a las mesas. Agarraban a las chicas y las ponían arriba de la barra. Se subían a la cabina del dj”, grafica.

El dueño de “María María” cuenta que frente a cada uno de estos incidentes él o alguno de sus empleados de seguridad se acercaba a los basquetbolistas para hablarles. Les pedía que se tranquilizaran. Les explicaba que la gente va a ese lugar para pasar un buen momento. Mal que bien, la noche siguió su curso.

“En el local estaban los chicos de la NBA, que se portaron como unos caballeros, y los chicos argentinos, todos festejando, por separado, cada uno con su grupo”, cuenta. Pero en un momento determinado, a eso de las tres y media de la mañana, la situación se les fue totalmente de las manos.

“Ahí este chico -el dueño del local se refiere a Héctor Hernández- se sube a la cabina del dj, le decía que cambiara la música, como que se sentían dueños del lugar, dueños del mundo, y no es así”, explica.

“El boliche tiene una estructura, tiene su dj, su forma de presentarse cada noche, no porque vengan ellos la vamos a cambiar. Nosotros les dimos todas las comodidades posibles y les explicábamos y les hablábamos, pero no querían entender”, cuenta. Recalca que los alterados eran siempre dos o tres y que el resto de los basquetbolistas mexicanos intentaba distender la situación.

“Ya en la cabina del dj, quería tocar los instrumentos, las consolas y demás, se le pidió que se bajara, y ahí se provocó todo el incidente”, detalla Fernando Pereyra.

“Dos o tres se violentaron, especialmente este chico (Hernández), y los guardias de seguridad se empezaron obviamente a defender, pero bueno, son gigantes, nuestra seguridad no los pudo controlar, no había manera”, reconoce.

“Estaban descontrolados. Tiraban trompadas para todos lados. La gente empezó a salir a la calle corriendo. Y hubo gente a la que también la golpearon porque no había forma de detenerlos”, sigue.

Los estadunidenses se quedaron en el local, pero no intervinieron. Los argentinos se fueron. Un policía allí presente se comunicó con la comisaría. “Era todo un descontrol, los tuvimos que sacar, los sacaron los mismos mexicanos”, dice el narrador.

“Y enfrente siguieron tirando cosas y haciendo destrozos. Llegaron siete u ocho patrullas de la policía y se llevaron a algunos de ellos”.

“Percance sin gravedad”

Mientras ponía en orden el local, Fernando Pereyra envió a su encargado a la Comisaría. Solo. Sin un abogado. Eran las 04:30 de la mañana. Una persona que se identificó como representante legal de la delegación mexicana dijo que, si interponían alguna denuncia, ellos presentarían otra contra el local.

En un comunicado de prensa enviado el miércoles 6 de septiembre, la selección mexicana ofreció disculpas por un video que circuló en el que se ve a jugadores de la selección, entre ellos a Lorenzo Mata y Héctor Hernández, bebiendo directo de una botella presuntamente con bebida alcohólica en el hotel de concentración.

En el video también se ve a Hernández a bordo de una patrulla grabando a los policías que lo llevan hacia la comisaría y dice: “nos van a pelar la verga”.

“Queremos aclarar que fue un percance sin gravedad que se suscitó por un malentendido y que no tuvo mayores consecuencias. Ninguno de los jugadores fue ingresado a la comisaría y nunca hubo una demanda en contra de algunos de ellos. En ningún momento queremos justificar nuestras acciones. Esta selección se ha caracterizado por asumir sus actos dentro y fuera de la duela y en esta ocasión no es la excepción porque sabemos la responsabilidad que tenemos al representar a un país y a sus ciudadanos.

“Ofrecemos una disculpa a todas aquellas personas que se sintieron ofendidas con las palabras e imágenes que se publicaron, pueden estar seguros que no volverá a suceder”, se lee en el boletín.

Este jueves, el diario Reforma publicó otro video en el cual se ve la trifulca y a los jugadores golpeando al personal del “María María”.

Fernando Pereyra, dueño del establecimiento, afirma: “La denuncia ya está casi lista y la voy a presentar en estos días”. Los destrozos materiales –mobiliario, vasos, etcétera– son lo menos relevante.

“Lo que más me preocupa es la situación de salud de los dos guardias que están con lesiones. A uno, con golpes en la cabeza, le dieron el alta ayer. Y otro, que se llama Lucas Lorenzale, tiene el tabique desviado, lo van a tener que operar, porque no está respirando bien”, dice. También le preocupan “los clientes golpeados. Además, todos los medios en la puerta del boliche y las radios que me llaman por teléfono, que no estoy acostumbrado ni me gusta.”

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