OLA DE RENUNCIAS DE POLICÍAS ESTATALES

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Una ola de renuncias en la Comisión Estatal de Seguridad (CES) y en la Agencia Estatal de Investigación (AEI) se presentó, luego de los cuatro ataques perpetrados en contra de corporaciones durante la semana pasada con un saldo de tres agentes sin vida y seis más heridos.

Fuentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) reportaron que cinco elementos de la CES se dieron de baja, después del primer ataque ocurrido en esta ciudad el lunes 2 de abril cuando varios sujetos dispararon contra dos policías estatales que se encontraban en una gasolinera ubicada en las calles 46 y Samaniego, de la colonia Rosario.

De igual manera se presentaron más solicitudes de baja por parte de elementos de la CES y de la AEI, dos días después, el 4 de abril, que se registró el segundo ataque y se suscitó en la caseta de vigilancia a la entrada del residencial Cantera V, donde vive el fiscal general del Estado, César Augusto Peniche Espejel, en lo cual falleció el agente Felipe Alejandro Medina Rivera, de 25 años y otro elemento quedó lesionado.

Según trascendió, el temor entre los mismos policías se agudizó el 7 de abril, cuando tres elementos estatales asignados a la custodia del gobernador, fueron tomados por sorpresa por un comando que les disparó en numerosas ocasiones, al momento que los agentes resguardaban el perímetro del exclusivo San Francisco Country Club, donde el mandatario estatal Javier Corral jugaba golf esa tarde de sábado. En ese atentado, tres oficiales fueron heridos.

Aun cuando las autoridades reiteraron que no había un estado de alerta entre las corporaciones, lo cierto es que ‘la gota que derramó el vaso’ fue la doble ejecución de policías ministeriales, el 9 de abril pasado en el kilómetro 23 de la carretera rumbo a Aldama.

El deceso del comandante de la AEI en Ojinaga, Rodrigo Ibarra Hernández y el agente Omar Alejandro Sotelo Álvarez, obligó a que el fiscal general César Augusto Peniche y el comisionado Óscar Alberto Aparicio, activaran los protocolos de “alerta máxima” entre policías estatales y municipales, para que realicen patrullajes en caravana de dos o más unidades, con torretas encendidas.

No obstante, se indicó que el estado anímico y psicológico de los elementos fue sacudido con la serie de atentado y aun cuando, las corporaciones han implementado retenes y puestos de revisión en carreteras y vialidades principales de la ciudad, los responsables de esos crímenes no han sido detenidos. Solamente en el caso de la colonia Rosario, se dio a conocer de la detención de tres sujetos pero no se proporcionaron más detalles y se ignora si a la fecha siguen recluidos.

De ahí que varios policías estatales, manifestaron de manera anónima a este medio de comunicación, su impotencia por la serie de acontecimientos y la pérdida de vidas de compañeros, “las verdaderas víctimas” mientras los funcionarios estatales han tratado de distraer el fondo de los hechos, según explicaron.

Por ejemplo, indicaron que en el caso del asesinato del agente Felipe Alejandro Medina en la caseta de vigilancia del fraccionamiento Cantera V, no se ha destacado que en un acto heroico, el elemento repelió la agresión y “vació” tres de sus cargadores a pesar de que lo atacaron por sorpresa y le dispararon en decenas de ocasiones.

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