El presidente López Obrador aseguró que si marchaban 100 mil personas y bajaba en las encuestas, estaba dispuesto a irse.

CIUDAD DE MÉXICO. – Pablo Montes de Oca porta el número 25 mil 684 y va de salida del Zócalo; está satisfecho por participar en la marcha en contra del Presidente Andrés Manuel López Obrador, pero sabe que el tabasqueño no va a renunciar.

«Queremos que renuncie, no creemos que lo haga, pero que vea la fuerza del pueblo, que estamos unidos», señala el hombre de más de 50 años.

Acompañado de un amigo, Pablo considera que el Presidente ha llevado al País a la «ruptura económica» y ha generado una división de clases.

Se manifiesta en contra de las «ideas socialistas» del Ejecutivo federal y asegura que asistió a la marcha porque quiere que los jóvenes hereden un país con desarrollo.

AMLO puso el reto. El martes pasado, el Mandatario aseguró que si marchaban 100 mil personas y bajaba en las encuestas la aprobación, estaba dispuesto a renunciar.

Ayer, cientos de ciudadanos respondieron y expresaron su inconformidad con la actual Administración.

Mujeres, jóvenes, adultos mayores y familias enteras, la mayoría con cubrebocas, pero sin respetar del todo la sana distancia, caminaron del Monumento a la Revolución al Zócalo capitalino ondeando banderas de México y exigiendo la renuncia de López Obrador.

Contingentes provenientes de Chihuahua, Puebla, Jalisco, Guanajuato y el Estado de México, entre otras entidades, marcharon gritando consignas en contra del tabasqueño.

Desde temprana hora llegaron decenas de contingentes al Monumento a la Revolución para responder al llamado del Frente Nacional AntiAMLO (Frena). Aunque no todos pertenecían a la organización liderada por Gilberto Lozano.

En ese lugar, a cada inconforme se le dio un número de participación y se le marcó el dedo pulgar con tinta azul.

Autoridades federales reportaron unos 18 mil asistentes; las capitalinas, unos 8 mil; sin embargo, los organizadores sostuvieron que reunieron a 153 mil.

«¿Porque vengo a esta manifestación? Cuando fue el Presidente a campaña nos ofreció muchas cosas y en lugar de beneficiarnos, nos quitó muchos apoyos, las becas de mis niños, el Seguro Popular no nos lo está cubriendo ya y con la sequía tenemos desde el año pasado, sin ninguna ayuda», es la justificación de Adelina Espino, quien viajó desde Guachochi, Chihuahua.

La mujer es parte de Frena y dice que viene en representación de su comunidad.

«Nos quitó muchos apoyos en la Sierra Tarahumara», lamenta la rarámuri mientras camina al Zócalo cargando una manta que dice: «López Obrador no eres bienvenido en mi tierra».

«Mucha gente de allá votó por él y están arrepentidos, y como no podemos venir todos, vengo en representación de mi comunidad».

A su arribo al Centro Histórico, los manifestantes retiraron las vallas metálicas instaladas por el Gobierno de Claudia Sheinbaum y con ello, el campamento de Frena se amplió a toda la plancha. Ahí lanzaron más consignas contra el tabasqueño.

«El pez por su propia boca muere. López, fuimos más de 100 mil y ahora vas a cumplir lo que prometiste y te decimos: ¡fuera López, fuera López», dijo un orador desde el sonido del campamento.

Otros asistentes eran más ecuánimes. Martín Niembro fue a la marcha solo.

Cuenta que acudió a la movilización para que en el Gobierno se den cuenta que hay muchos que piensan diferente a Morena y al Presidente.

«Queremos un Gobierno demócrata, por eso vine, no creo que renuncie, pero que vea que no es correcto dividir al País», menciona antes de abandonar el Zócalo.

La marcha se fue diluyendo y el centro de la Ciudad de México regresó al ajetreo del comercio del sábado. Hay vigilancia pero, a diferencia de las últimas manifestaciones, no hay actos de violencia ni vandalismo. Los comercios siguen abiertos y los capitalinos hacen sus compras y disfrutan pasear, a pesar de la pandemia de Covid-19.

La diferencia es que cuando llegue el Presidente a Palacio Nacional se encontrará con un campamento más grande de Frena y la exigencia de que renuncie.